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Ahora ya sabemos que nuestra hija tiene un TCA. ¿Qué hacemos?

Pautas para que afrontéis mejor el inicio del tratamiento
Jordi Mitjà

Jordi Mitjà Costa

Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Eduard Serrano Troncoso

Dr. Eduard Serrano Troncoso

Doctor en Psicología. Jefe de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
adolescente familia

Resumen

Tras el diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en un hijo o una hija, los padres suelen enfrentarse a emociones negativas y a la resistencia al tratamiento del adolescente. Es crucial buscar información fiable y trabajar en conjunto con un equipo terapéutico para seguir un plan de tratamiento personalizado, que incluirá pautas alimentarias específicas y apoyo psicológico. Es importante para la familia manejar sus propias emociones, practicar la empatía y la escucha activa y evitar comentarios dañinos o presiones sobre la alimentación y el cuerpo.
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En el momento del diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es normal que aparezcan un sinfín de miedos y dudas. Es un momento especialmente crítico porque es la confirmación que los cambios físicos, cognitivos, emocionales y conductuales que llevabais detectando desde hace tiempo en tu hija o hijo son propios de un TCA. A este impacto inicial, es probable que estéis lidiando con lo que conocemos como baja motivación para el cambio. Es decir, que vuestro hijo o hija no es realmente consciente del problema, no vea la necesidad de cambiar y, en consecuencia, rechace el tratamiento.

Cuando se diagnostica una anorexia nerviosa, una bulimia nerviosa o un trastorno por atracón en una persona adolescente o joven, acostumbra a suceder que:

  • Experimentéis una vorágine de emociones como impotencia, miedo, desesperanza o frustración. Estos sentimientos se agudizan cuando el hijo o hija expresa esta resistencia en el inicio del tratamiento. Hay que asumir que este pensamiento estará presente durante un tiempo y es normal, se trata de una resistencia que hay que trabajar en el tratamiento.
  • Aparecen los sentimientos de culpabilidad y cierta obsesión por saber las causas. Es importante recordar que nadie es culpable de tener un TCA ni hay una única causa que conlleve su aparición. Sentir culpabilidad y vergüenza es común en estos casos, pero son sentimientos que no ayudan a la recuperación. En este sentido siempre explicamos a las familias que es más importante destinar energías en el inicio del tratamiento y la recuperación, en el que la implicación de la familia es fundamental, y no tanto en buscar la causa del trastorno, a la que ya llegaremos.
  • Empecéis a buscar toda la información posible sobre el trastorno en Internet y las redes sociales por la necesidad de entender mejor qué está sucediendo, por qué o qué hacer, e intentar, en definitiva, disipar a la incertidumbre que aparece en esta fase. Es importante que sepáis distinguir qué tipo de información es fiable y rigurosa entre todos los resultados que os aparecen en una búsqueda. Lo que os recomendamos es priorizar las informaciones que detrás tienen fuentes científicas, de entidades de atención a la salud mental, así como las asociaciones de personas con experiencias vividas en salud mental y familiares. Y ante cualquier duda, acudir siempre al equipo terapéutico que esté atendiendo a vuestro hijo o hija.

El tratamiento de un trastorno de la conducta alimentaria es largo, complejo, requiere la atención de un equipo interdisciplinar y la complicidad de todo vuestro entorno familiar.

Familia y TCA

La familia en los trastornos de la conducta alimentaria

Quizz

Tanto vuestro hijo o hija, como el resto de la familia pasaréis por diferentes fases durante el tratamiento y la recuperación. En realidad, uno nunca está preparado para afrontar un problema grave de salud o salud mental. No hay recetas mágicas, pero sí algunos conceptos de partida que os pueden ayudar a encarar un poco mejor todo lo que está por venir:

  • No pretendáis correr ni obtener resultados inmediatos del tratamiento. Como hemos apuntado antes, la recuperación de un TCA es una carrera de fondo. En este sentido también necesitáis dosificar vuestras fuerzas, aprender a gestionar vuestras propias emociones, aprender a trabajar en coordinación con el equipo terapéutico y entender cómo acompañar a vuestra hija o hijo para proporcionarles un entorno de apoyo positivo y alentador.
  • Confiad en el proceso. Los TCA tienen un origen multicausal, por ello el tratamiento incluye adentrarse en el desorden físico y en aspectos psicológicos. Los TCA se pueden curar, pero no es una carrera de velocidad sino de resistencia por lo que no existe una solución inmediata y definitiva a corto plazo. Es importante tener confianza en el equipo asistencial y en el proceso del tratamiento.
  • Entended que vuestro hijo o hija actúa y reacciona mediatizada por el propio trastorno. Seguro que habéis oído la expresión de «no habla la persona sino el TCA». Con esta frase nos referimos a que es importante filtrar las actitudes y palabras de nuestro hijo o hija entendiendo las emociones y conductas que conllevan un TCA y que son propios el trastorno, no de la personalidad de la persona. Tener claro este concepto ayuda a las familias a procesar y gestionar situaciones tensas, como cuando la persona con TCA dirige su ira hacia las personas que le cuidan, o cuando habla del peso o del cuerpo de una manera obsesiva, o cuando se niega a comer, se aísla, no quiere hablar con nadie, pone excusas para no seguir las indicaciones del tratamiento, cuestiona los profesionales y no está de acuerdo con el seguimiento que está recibiendo. Estos son claros ejemplos de actitudes y reacciones que son resultado del trastorno, no de cómo es en realidad nuestro hijo o hija. En cambio, cuando nos expresa su sufrimiento, cuando se disculpa por hablarnos mal, cuando expresa sentimientos positivos hacia nosotros y cuando expresa planes de futuro o deseos de como querría que fuese su proyecto vital, es cuando nuestro hijo o hija es capaz de prevalecer su propio pensamiento sin la interferencia del trastorno.

Con este punto de partida, los profesionales especializados que atienden a vuestro hijo o hija elaborarán un plan terapéutico con las indicaciones a seguir. Aunque cada plan terapéutico está personalizado y adaptado a cada caso, hay algunas pautas que son comunes para todas las familias y os ayudaran en estos momentos iniciales:

  • Sed estrictos en la indicación que os den sobre las pautas alimentarias. Las pautas están diseñadas por el equipo de profesionales especializados para lograr unos objetivos terapéuticos concretos.
  • Intentad adaptar los hábitos del resto de la familia para ser coherentes con las pautas proporcionadas con el equipo terapéutico.
  • Intentad comprender y ser empáticos con las dificultades de vuestro hijo o hija.
  • Evitad la negociación con temas relacionados con la alimentación.
  • Evitad comentarios o conversaciones relacionadas con los aspectos que son críticos para vuestro hijo o hija, como el cuerpo, la comida, el peso y su evolución.
  • Practicad la escucha activa, mostrando interés por conocer cómo se sienten emocionalmente, qué les angustia o qué les motiva, a la vez que se respeta la dificultad que puedan tener en compartir sus emociones. A veces, se requiere tiempo.
  • Evitad presionarles, juzgarles o hacer comentarios que le pueden hacer sentir culpable.
  • Expresarle de forma explícita que siempre tendrá vuestro apoyo y afecto, y que juntos formáis un equipo para poder superar el TCA.
  • Valorad los esfuerzos que hace, por pequeños que sean. Cada pequeño paso es un paso más y, entendiendo la dificultad que supone para ellos llevarlos a cabo, es motivo de reconocimiento.
  • Sed sinceros con vuestras emociones y sentimientos, pero expresadlos de una forma respetuosa y calmada.
  • Recordad que para ayudar a vuestro hijo o hija también debéis estar bien física y emocionalmente. El autocuidado os permitirá encontrar espacios de descanso, de bienestar emocional y de mayor control de las situaciones.
    Autocuidados

    Pautas de autocuidado para las familias en casos de TCA

    Ayudar a un hijo o hija con un TCA no es para nada fácil, hay muchos retos a superar. Por ello, si crees que necesitas apoyo emocional, no dudes en pedir ayuda tanto profesional como en los grupos de apoyo de las asociaciones de familiares de personas con TCA.