Teleterapia en trastornos alimentarios
La crisis de la COVID-19 ha tenido un impacto muy significativo en las personas que padecen un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Incerteza, cambio de rutinas, aislamiento social, aumento del uso de redes sociales, imposibilidad de practicar ejercicio físico fuera de casa y la interrupción de los tratamientos presenciales o el cambio de éstos a una asistencia telemática, estarían detrás de las principales causas del efecto negativo de la pandemia en las personas con un TCA.
El empleo de la teleterapia en salud mental y, específicamente, en los TCA lleva más de una década de experiencia. Pero no ha sido hasta ahora, con la crisis de la COVID-19 y el confinamiento domiciliario, cuando los centros de tratamiento han desarrollado nuevas formas de trabajar en un corto periodo de tiempo para poder seguir ofreciendo gran parte de los tratamientos de forma telemática.
Esto ha implicado un gran esfuerzo de adaptación de los profesionales sanitarios, pero también de las personas afectadas y sus familias.
El teléfono, el correo electrónico, las videoconferencias, las aplicaciones móviles (mHealth), han sido los medios tecnológicos más utilizados para garantizar la continuidad de los tratamientos, tanto individuales como grupales. Éstos últimos, de suma importancia en el tratamiento de los TCA, también se han podido llevar a cabo de forma segura a través de plataformas como Zoom, Google Meets o Microsoft Teams.
Un aspecto importante, para profesionales y familias, es que todos los actos terapéuticos a través de videoconferencia tienen que realizarse garantizando la máxima seguridad y confidencialidad, como si de una visita presencial se tratara. Por este motivo se debe firmar un consentimiento informado sobre las condiciones de confidencialidad de la videoconferencia antes de la conexión.
Recomendaciones para el uso de la teleterapia en el tratamiento de los TCA:
- Seguir la misma estructura de la sesión que se produciría de forma presencial.
- Mantener la motivación y la confianza por el seguimiento telemático, no verlo como un tratamiento de segunda elección.
- Ofrecer al terapeuta una retroalimentación fluida sobre las expectativas y adaptación a las sesiones telemáticas.
- Identificarse en las videoconferencias grupales con el nombre completo (utilizando esta función en el dispositivo electrónico) para facilitar la interacción entre los participantes.
- Evitar distracciones durante la videoconferencia (móvil, ruidos externos).
- Realizar pruebas previas a la videoconferencia (conectividad, colocación y funcionamiento de la cámara, prueba de sonido).
- Disponer de un método alternativo de comunicación, por ejemplo el teléfono, en caso que falle la conexión a Internet para continuar con la visita.
- Garantizar la privacidad de la sesión telemática. Puede ser útil el uso de auriculares o, en el caso de menores, asegurar su intimidad indicando que permanezcan solos en una habitación, por ejemplo.
- Utilizar la función de algunas plataformas de limitar el acceso a la sesión hasta que el anfitrión le dé permiso. Esta opción es útil, por ejemplo, en el caso de padres separados para garantizar la confidencialidad en una parte de la visita.
- En sesiones de videoconferencia grupal es conveniente pedir que se cierren los micrófonos mientras no se participe, así como informar acerca de la prohibición de grabar o realizar capturas de pantalla mientras se realiza la sesión.
- Puede ser útil utilizar la caja de diálogo o chat de la aplicación utilizada para comentar alguna cosa en el grupo sin interrumpirlo o usar alguna opción, como el emoticono de levantar la mano que suelen tener las plataformas como Zoom.
- Si se requiere un control de peso y queremos objetivarlo, puede ser útil realizar una foto o un pequeño video para mostrárselo al terapeuta o, si se considera pertinente, lo pueden realizar los familiares y ser ellos quienes se lo comunican al profesional de referencia.
- Si la persona afectada se siente incómoda por ver su imagen durante la videoconferencia, se le puede permitir que la mantenga cerrada, para posteriormente y de forma progresiva, aumentar el tiempo de exposición para que la ansiedad vaya disminuyendo (terapia de exposición).
- Utilizar recursos telemáticos como el Portal del Paciente o el correo electrónico para mantener el intercambio de material escrito generado durante la teleterapia. También se puede utilizar en las videoconferencias la opción de compartir pantalla para revisar tareas entre las sesiones.
Tras este periodo de pandemia, existe un consenso entre profesionales y usuarios sobre los beneficios de la teleterapia durante la crisis sanitaria de la COVID-19, principalmente durante el confinamiento domiciliario.
No obstante, una vez finalizadas las restricciones de movimiento más duras, muchos centros de tratamiento han continuado ofreciendo teleterapia por las ventajas que ofrece en relación a la accesibilidad de muchas personas afectadas y familias que, de otra manera, no podrían disponer de estos servicios.
A pesar de los beneficios de la teleterapia expuestos, los profesionales no debemos olvidar la necesidad de continuar con los tratamientos presenciales.
Se recomienda priorizar la asistencia presencial en las primeras visitas, en casos graves de TCA que requieren de un control somático estrecho (principalmente en la anorexia nerviosa), cuando la persona afectada presenta ideas de muerte o conductas suicidas, o cuando el tratamiento telemático no muestra eficacia en un tiempo considerado.
En todos estos casos debemos pensar siempre en el tratamiento presencial como primera opción. Posteriormente, una vez el vínculo terapéutico se ha establecido, el uso combinado de la terapia presencial y telemática puede ser un buen recurso.
Si tienes pensamientos suicidas, pide ayuda:
También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.
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024
Línea de atención a la conducta suicida -
061
Salut Respon -
900 925 555
Teléfono de prevención del suicidio de Barcelona