Diez mitos sobre el TDAH
Resumen
Que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad está sobrediagnosticado, que se trata de un trastorno moderno que ha aparecido recientemente o que se puede evitar con una buena disciplina en casa son seguramente tres de las falsas creencias más extendidas sobre el TDAH. Tener información sobre este trastorno del neurodesarrollo es la única manera de romper con estas afirmaciones sin ningún fundamento científico, que lo único que hacen es entorpecer la detección del TDAH y contribuir al rechazo o a la falta de empatía hacia las personas que lo tienen.
Os invitamos a reflexionar sobre algunos de los mitos más comunes sobre el TDAH y a conocer la explicación que los desmonta.
- El TDAH es un trastorno moderno de reciente aparición.
Falso. La primera descripción médica del trastorno por déficit de atención e hiperactividad está documentada en 1902, pero incluso hay referencias a los síntomas del trastorno en documentos muy anteriores a esta fecha.
- No se puede detectar hasta los 6 años.
- Falso. Los síntomas se pueden observar en muchas ocasiones antes de los seis años. En todo caso, conviene siempre prestar atención a las señales de alarma y consultar con el pediatra. Una detección temprana siempre mejorará la calidad de vida de la persona con TDAH.
- Si una persona se puede concentrar en algunas tareas y en otras no, significa que no tiene déficit de atención.
Falso. A veces se descarta un posible TDAH porque la persona se mantiene quieta y concentrada durante horas haciendo cosas que le gustan, de forma que cuando no puede conseguir concentrarse en otras actividades se piensa que es por pereza o pasotismo. Lo que pasa es que las tareas divertidas y motivadoras pueden captar la atención de los niños, niñas y adolescente con TDAH, de manera que no necesitan hacer ningún esfuerzo para realizarlas e, incluso, pueden llegar a estar superconcentrados. - El TDAH se puede prevenir con disciplina y una buena educación en casa.
Falso. Una educación adecuada puede mejorar o minimizar el impacto negativo de ciertas conductas asociadas al TDAH, pero en ningún caso la disciplina prevendrá la aparición del trastorno o lo hará desaparecer. - Una persona tranquila e introvertida no puede tener TDAH.
Falso. Muchos niños y niñas no tienen una hiperactividad e impulsividad tan marcada, es decir, que su subtipo de TDAH es inatento, por lo cual suelen pasar más desapercibidas. En estos casos, lo que podemos detectar es que cometen errores por distracciones o carencia de atención, parece que no escuchen cuando se les habla, no finalizan las tareas y pierden objetos, por ejemplo. - El TDAH se puede controlar a través de la dieta.
Falso. No hay ninguna evidencia de que la eliminación de alimentos (como por ejemplo el gluten, el azúcar o los lácteos), los suplementos alimentarios o las vitaminas mejoren los síntomas del TDAH, aunque la omega-3 sí que ha demostrado tener un pequeño efecto en la mejora de los síntomas, y está indicado como complemento a la medicación.
- El TDAH afecta a la inteligencia.
Falso. Las personas con TDAH a veces tienen un rendimiento escolar bajo, pero la causa no es que sean menos inteligentes. La inteligencia no tiene ninguna relación con el TDAH. Hay personas con TDAH con diferentes cocientes intelectuales, del mismo modo que en personas que no tienen TDAH. De hecho, a veces es común que confluyan a la vez dos condiciones como son las altas capacidades y el TDAH. Es lo que se conoce como «doble excepcionalidad». - El TDAH no es preocupante si no afecta en el rendimiento escolar.
Falso. Hay casos en que el TDAH no afecta el rendimiento escolar de la persona, pero esto no quiere decir que no le cause dificultades, que supera con su inteligencia. Aun así, es posible que en el ámbito familiar o social tenga otros problemas derivados de la inatención o la impulsividad, y esto repercuta en su relación con el entorno y con la autoestima.
- El TDAH es un trastorno que está sobrediagnosticado.
Falso. Se estima que el TDAH no solo no está sobrediagnosticado, sino que está infradiagnosticado, sobre todo en personas adolescentes y adultas, y este infradiagnóstico es más notable en el caso de las niñas y las mujeres. - Conviene «descansar» de la medicación durante los fines de semana y las vacaciones.
Falso. Los fármacos para el TDAH no solo se prescriben para mejorar en el ámbito escolar, sino que, como mejoran la capacidad de atención y la impulsividad, pueden evitar también problemas en otros entornos, como el social o el familiar. De todos modos, el tratamiento siempre es individualizado y debemos consultarlo con equipo profesional referente.
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