Son comportamientos sutiles, automatizados, casi imperceptibles, que resultan estigmatizantes y que seguramente llevamos a cabo sin la intención de excluir o tratar mal a nadie. Se trata de pequeños comentarios, chistes, comportamientos n
La influencia y la capacidad de los medios de comunicación de fijar un marco mental en la sociedad son factores que obligan al sector periodístico a ser especialmente responsables a la hora de hablar de salud mental.
La cultura popular, la industria audiovisual y los medios de comunicación han favorecido, a lo largo de las décadas, la estigmatización y la perpetuación de estereotipos negativos que se han asociado a las personas que tienen trastornos mentales.
Se podría pensar que las personas profesionales de la salud, por tener ciertos conocimientos sobre salud mental, deberían estar exentos de estereotipos y prejuicios, pero no siempre es así.