Estigma en el ámbito educativo
El ámbito educativo es uno de los más importantes en la construcción de toda sociedad, pero la salud mental continúa siendo una materia pendiente en las aulas, donde es necesario fomentar una visión de la salud mental libre de estigmas.
Los centros educativos son agentes clave en la implementación de programas que integren de manera transversal una visión libre de estigmas en la salud mental, promoviendo que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes puedan hablar y pedir ayuda cuando lo necesiten.
El 75% de los trastornos mentales se inician en la adolescencia, antes de los 18 años, pero aún así, algunas personas con problemas de salud mental siguen recibiendo un trato discriminatorio en los centros educativos por parte del profesorado y de los compañeros y compañeras. Los comportamientos discriminatorios más habituales son: la evitación o rechazo, la sobreprotección o control; las burlas, el menosprecios o la ridiculizaciones por comportarse de manera diferente.
Para eliminar los tabúes y prejuicios que existen sobre salud mental, lo primero que hay que hacer es hablar sobre la salud mental de una manera normalizada y cotidiana
Los programas para combatir el estigma en los centros educativos deben seguir una estrategia enfocada a:
- Prevenir el estigma y la discriminación en salud mental en la edad más temprana posible.
- Fomentar la demanda de ayuda por parte de la población joven, como herramienta para prevenir el desarrollo o cronificación de los problemas de salud mental.
- Mejorar las actitudes y los comportamientos de los jóvenes acerca de los problemas de salud mental.
- Implicar a la comunidad educativa (madres, padres, tutores, asociaciones juveniles y centros educativos) en la lucha contra el estigma y la discriminación de personas con problemas de salud mental.
- Mejorar la capacidad de resiliencia de los jóvenes.
Hablemos de salud mental en el aula
Para eliminar los tabúes y prejuicios que existen sobre salud mental, lo primero que hay que hacer es hablar sobre la salud mental de una manera normalizada y cotidiana. ¿Cómo?
- Recordando que los problemas de salud mental no son algo extraño y aislado, sino que es más común de lo que parece.
- Generando empatía hacia las personas que tienen un problema de salud mental.
- Facilitando que el alumnado conozca de primera mano la experiencia de personas con un diagnóstico y colaborar con entidades de salud mental cercanas.
- Respetando y alentando a aquellos alumnos y alumnas que quieran hablar públicamente sobre su salud mental y reconociendo su valentía delante del grupo.
- Dando espacio a las emociones que puedan surgir en clase por parte del alumnado.
¿Cómo evitar caer en el estigma al tratar la salud mental en el aula?
- Evitar asociar los trastornos de salud mental a la violencia.
- No confundir los trastornos de salud mental con la discapacidad intelectual.
- No utilizar el trastorno como característica principal de la persona (la persona tiene un trastorno, no es ese trastorno).
- Evitar generalizar, pues cada persona tiene sus características únicas.
- No relacionar el trastorno de salud mental con la extravagancia, que puede ser motivo de burla.
- No atribuir al trastorno cualidades falsamente positivas, como la genialidad o la capacidad artística, por ejemplo.