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Tipos de estigma

El impacto del estigma se refleja en todos los aspectos de la vida, limitando el acceso al empleo y a la vivienda, dañando las relaciones sociales y reduciendo la autoestima. Existen varias definiciones y modelos de estigma, ya que cada vez se habla más y hay más investigación sobre este tema, que debemos abordar como sociedad. Pero podemos hablar de diferentes tipos de estigma:

El estigma social

El estigma no es solo una etiqueta que discrimina a la persona, sino que genera toda una serie de dinámicas sociales basadas en la relación entre las personas estigmatizadas y las personas estigmatizadoras. Estas dinámicas sociales se generan a raíz de los estereotipos y prejuicios, y llevan a la discriminación, basada en la distancia que establecemos entre el «ellos» y el «nosotros».

El estigma estructural 

Se refiere a las políticas que limitan las oportunidades de las personas con problemas de salud mental, como el acceso limitado al trabajo o la pérdida de oportunidades sociales. El estigma estructural aparece cuando son las propias políticas institucionales las que discriminan a las personas con problemas de salud mental. El estigma estructural se puede manifestar tanto en la normativa y los protocolos como en la cultura de los servicios, y tanto las personas con un trastorno de salud mental como las figuras profesionales acaban normalizando las prácticas estigmatizadoras y discriminatorias.

El autoestigma

Responde a la interiorización de todos estos estereotipos y actitudes por parte de la persona que tiene un problema de salud mental, que percibe que forman parte de una categoría social que está asociada a características negativas. Así, a todas las barreras que impone el estigma, podemos añadir las que uno mismo se impone como resultado del autoestigma.

Cuando las personas con trastorno mental conocen los estereotipos que se les atribuye, los interiorizan y se los hacen propios

En la medida que las personas con trastorno mental se autoestigmatizan, pierden progresivamente autoestima y se autoatribuyen características con connotaciones negativas. Este proceso de autoestigmatización hace que las personas se autoevalúen con la expectativa de responder a los estereotipos socialmente asignados. Cuando las personas con trastorno mental conocen los estereotipos que se les atribuye, los interiorizan y se los hacen propios; y esto incrementa la posibilidad de que se vean a sí mismas según estas falsas creencias. Además, esta persona espera cumplir con las características que se le atribuyen socialmente, y para ello tenderá a sobreinterpretar sus conductas y acciones. Es decir, el autoestigma hace que la persona patologice algunas de sus conductas al considerarlas excepcionales o fuera de la norma.

La acción del entorno familiar y de las amistades puede jugar un papel clave a la hora de consolidar el autoestigma. Algunos de los rasgos asociados a las personas con trastornos mentales, como la incapacidad o la dependencia, son interiorizados con más contundencia cuando el entorno social cercano a la persona los refuerza.