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Estigma en el ámbito laboral

Según el Informe de referencia en materia de salud mental (2017) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la estigmatización y la discriminación figuran entre los retos más importantes en materia de salud mental. Además, aunque son varios los trastornos estigmatizados y discriminados, los trastornos mentales ocupan el segundo lugar después del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Este informe afirma que: 

  • Aunque el estigma de la salud mental afecta a muchos aspectos de la vida de una persona, es en el trabajo donde tiene un impacto más significativo y se experimenta en todos los aspectos del proceso de empleo.
  • Muchos empresarios creen que las personas con problemas de salud mental son peores en su trabajo o incompetentes.
  • En comparación con las personas trabajadoras con un problema o afección física, los trabajadores que se reincorporan al trabajo tras una baja por problemas de salud mental tienen más probabilidades de ser cuestionados, infravalorados, discriminados o, incluso, en algunos casos, despedidos.

Por otro lado, según el informe realizado por Obertament sobre salud mental y estigma en el ámbito laboral en Catalunya, alrededor del 40% de personas trabajadoras consideran malo o regular su estado actual de salud mental. Así mismo, explican que el 90% de personas que han pasado por un problema de salud mental no se han sentido capaces de hablarlo abiertamente en el trabajo, por lo que es fundamental luchar contra la estigmatización y sensibilizar sobre la salud mental en el lugar de trabajo.

Debido a la falta de acceso a la ocupación y otras oportunidades de generación de ingresos, las personas con problemas de salud mental están en mayor riesgo de caer en la pobreza.

Un gran número de empresas han empezado a abordar el cuidado de la salud mental de sus empleados, conscientes de la importancia estratégica que puede tener para el funcionamiento global de todos los equipos de trabajo.  Para ello, las empresas tienen diferentes programas y recursos disponibles para abordar el estigma en el trabajo (The Working Well Toolkit  - APA Center for Workplace Mental Health, 2026; Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT (Salud mental en el trabajo recursos); Obertament; etc.)

Pero la realidad es que hoy por hoy, los entornos laborales no disponen de recursos y herramientas suficientes para integrar adecuadamente a las personas con problemas de salud mental, aunque cada vez más hay un interés personal para involucrarse y preocuparse por el bienestar de los trabajadores y trabajadoras con problemas de salud mental.  Cuando no se dan estas condiciones, aumentan las posibilidades que aparezcan prácticas discriminatorias habituales en el entorno laboral, como:  

  • Las burlas
  • La sobreprotección
  • El paternalismo
  • La condescendencia
  • La infraocupación e infravaloración de las competencias profesionales
  • La desconfianza
  • La evitación y el rechazo
  • El despido.

El estigma existe, no solo en el lugar de trabajo, sino también en todo el proceso de búsqueda de trabajo e inserción laboral, tal como refleja el índice del paro de las personas con trastorno de salud mental. Las encuestas muestran que la gran mayoría de las personas con problemas de salud mental querrían tener una ocupación, pero a pesar de esta voluntad tienen unas tasas de ocupación mucho más bajas que las personas con discapacidades físicas, que a su vez las tienen más bajas que la población en general. El estigma, la discriminación y la falta de experiencia profesional lo impiden. Además, debido a la falta de acceso a la ocupación y otras oportunidades de generación de ingresos, las personas con problemas de salud mental están en mayor riesgo de caer en la pobreza.